viernes, marzo 30, 2007

Los Lugares Comunes

Apostaría que toda idea pública, toda convención heredada, es una necedad, pues ha sido del agrado de la gran mayoría.
CHAMFORT, Máximas.



Hay que escapar de los lugares comunes.
Alguien, con cátedra irrevocable, argumentó sobre ello. Es fuera de los lugares comunes, puestos ahí para relativizarnos hasta el hastío existencial, donde se juegan los juegos de adultos, donde se libran las batallas ideológicas, éticas y pos morales. Caer en ellos es caer en lo manido, los simple, lo obvio. Son “ideas preconcebidas, tópicos que todo el mundo ha recibido porque flotan en el ambiente, banales, convencionales, corrientes; por eso el problema de la recepción no se plantea: no pueden recibirse porque ya han sido recibidas. (...) La comunicación es instantánea porque, en un sentido, no existe” (Bourdieu , 1996).
En cierta manera se trata de ideas aceptadas como indiscutibles. Flaubert, en el siglo XIX ya hablaba de ello con definiciones de artículos tales como:
Ejercicio: previene todas las enfermedades
- Recomendarlo siempre


Se trata por tanto de una inmovilización del pensamiento que contribuye a consolidar el bagaje recibido e impuesto desde el pasado y, de nuevo, ayuda a afianzar el poder, al no hacer las preguntas incómodas e importantes, las que generan comunicación.
Se repite el cliché.
Se cae en la trampa.
Pero para huir de los lugares comunes, hay que presentarlos (o representarlos), como decía Flaubert, para que una vez expuestos, lo pensemos dos veces antes de utilizarlos.

En la práctica, la idea de hacer un reportaje gráfico sobre los videntes africanos no deja de ser otro lugar común.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo eso me parece bien interesante. hay algo de Raymond Pettibon que podrías aprovechar.