
No hay título, pero la idea es clara. La narratividad del anonimato, la indiferencia de la otredad, el desaliento del tiempo muerto. El viaje como ida a ninguna parte y regreso a la esencia -y eso que me declaro antiesencialista!- y a los recuerdos de tiempo immemoriales. Nada que contar, puede ser. Pero siempre tratando que, como dice Sontag, la experiencia sea también objetual.

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