Hoy celebremos la entrada nº 100 de este mi pequeño blog personal (cajón desastre donde ando almacenando los lugares mentales cual tropezones de realidad dibujada).
Cien entradas son muchas para un tipo como yo, dado a dispersiones de toda clase y centrado en poco o nada de y en esta vida. Haber publicado una novela gráfica de 150 páginas fue todo un reto personal (gracias Óscar y Hernán!). La constancia y el tesón con que acometí el encargo me sorprendió a mí más que a nadie. Como suelo decir, cuando Norma Editorial llamó a mi puerta, se me acabaron todas las excusas y tuve que enfrentarme a lo que más teme un dibujante de tebeos: dibujar un tebeo de verdad. Salir de la desazón, ponerle remedio, hacer frente a los miedos y fantasmas, comenzar un largo viaje a riesgo de acabar sin saber dónde se está, buscando algo que quizás nunca encuentres... eso se llamó OLIMPITA, parto difícil no del todo satisfactorio pero sí muy gratificante.
Ya he dicho más de una vez que para mí, dibujar es vivir y viceversa. Veo la vida, la aprehendo y la aprendo a través de mis utensilios de dibujo, compañeros infatigables de búsqueda, extensiones de mi mente más que de mis manos.
Ahora me hallo enfrascado en una nueva novela gráfica, PLAGIO, ambientada en Lima, Perú, también con guión de Migoya. De nuevo las dudas me han asaltado hasta la total inactividad. Cómo y por qué? Cómo la dibujo? Por qué la dibujo así? Qué busco y qué pretendo con este estilo? Qué imagen quiero mostrar de mí, como autor? Dentro de dónde me colocan mis dibujos, en qué lugar, con quién? Estoy in, out o ni siquiera estoy?? Importa algo todo esto??? Pruebas, pruebas y más pruebas de estilo e intenciones hasta que, finalmente, la gran pregunta llega con forma de email editorial: ¿cómo llevas la nueva novela? La respuesta es sencilla: bien mal! Y de nuevo, nos tenemos que centrar, hacer planes y horarios de trabajo, aparcar las dudas para ese próximo gran proyecto íntimo, artístico y personal que nunca parece llegar, quitarle el polvo a la mesa de dibujo, poner iCat fm y, por fin, sentarse a dibujar. Por delante 250 páginas que a veces parecen inabarcables pero que, a buen ritmo, tendré para febrero del próximo año. Al fondo, un horizonte difuminado en el que se pierde un camino cuyo final no se percibe.
Os dejo con una página especial, que he rehecho diez mil veces en cien mil estilos (en este post podéis ver las dos primeras viñetas de esta página en una de esas versiones!). Mucho trabajo pero muchas ganas de hacerlo.
Enormes gracias, besos y abrazos a los que leéis esto, por acompañarme en este viaje montados en un destartalado doscaballos que no sabemos si nos llevará en realidad a alguna parte!
viernes, septiembre 18, 2009
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2 comentarios:
animo con todo!
(que todo es mucho)
Poco a poco se sacan las cosas...
Las preguntas de las que hablas son inevitables, tontas, pero inevitables... Vamos, creo yo.
Un beso!
ah! y felicidades por tu entrada número cien!
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